miércoles, 19 de mayo de 2010

Thomas A. Edison (1847-1931)


Thomas Alva Edison, inventor estadounidense, nació en Milan, Ohio, el año 1847. Durante su infancia recibió de su madre la mayor parte de las enseñanzas elementales. En 1863 se colocó como telegrafista en el Grand Trunk Railway, pasando poco después a la Western Union Telegraph, empresa en la que desempeñó varios cargos. En este período se dedicó al perfeccionamiento del telégrafo automático e inventó los sistemas “dúplex” y “cuadrúplex”, así como un aparato para registrar los votos parlamentarios y stock ticker para transferir las oscilaciones de los valores de la Bolsa. Este último invento sirvió para encontrar trabajo como mecánico en la “Gold Indicator Company” de Nueva York cuando se encontraba prácticamente sin recursos económicos. Durante este tiempo colaboró con Sholes en la construcción de la primera máquina de escribir y dio aplicación práctica al teléfono mediante la adaptación del micrófono de carbón.
En 1876 fijó su residencia en Menlo Park (Nueva Jersey), lugar en el que instaló los laboratorios que habrían de hacerle famoso en todo el mundo. En ellos realizó la mayor parte de sus Inventos: llegó a registrar más de 1.200 patentes, entre las que destacan el fonógrafo (1877) y la lámpara de incandencia (1879). En 1884 descubrió el efecto de la emisión electrónica en los metales incandecentes, base del funcionamiento de las válvulas termoiónicas, que se conocen con el nombre de “efecto Edison” o termoeléctrico. A la edad de 80 años fue nombrado miembro de la Academia Nacional de Ciencias. Edison Murió en 1931 en su residencia de Glenmont, en West Orange, Nueva Jersey.

Infancia y Juventud


Al, como lo llamaban a Thomas Alva Edison, era un niño enfermizo, de grande ojos azules, cara redonda, y pelo rubio. Su cabeza era tan anormalmente grande que el medico del pueblo llego a diagnosticarle una infección cerebral. Su madre, Nancy, sentía por el una gran preocupación; había tenido que soportar en 1841 la muerte de su hija Carlile, cuando tenia 6 años y poco después las de Samuel y Eliza, cuando solo tenían unos meses. Al era considerado por la vecindad como un niño difícil. Siempre andaba haciendo travesuras encontrándose en aprietos en muchas ocasiones. El granero de su padre fue pasto de las llamas porque encendió una pequeña hoguera (solo para ver que pasaba). El incendio estuvo apunto de extenderse a todo el pueblo; su padre, Sam, a la sazón comerciante de maderas y víveres, le castigo pegándole públicamente en la plaza del mercado.
Siendo ya adulto, Thomas Alva hablaba de su padre casi con devoción, pero en cambio nunca menciono nada positivo de su padre: “Mi padre pensaba que yo era tonto, y yo casi creía que en verdad era un idiota”. A su vez, el padre tampoco dejo duda alguna de que no podía comprender al chico, su constante curiosidad, sus tontas preguntas.
En cierta ocasión, después de que su madre le hubiera explicado como nacen los gansos, desapareció misteriosamente. Tras varias horas de búsqueda, su padre lo encontró en el granero de un vecino: “Estaba acurrucado en un nido que había echo con paja, sentado encima de huevos de ganso y de gallina. ¡Los estaba empollando!”.
Con cinco años, el pequeño Al se interesaba ya por los dibujos y pinturas de su hermano Pitt. Unos bosquejos suyos de los carteles gremiales de la plaza del mercado demuestran su precoz talento artístico. Sin embargo, su curiosidad lo ponía en aprietos una y otra vez. Ademas de en el canal, también se cayo en el embudo de un silo de grano, donde casi pereció asfixiado. Su madre Nancy decía de él que “en general, era un buen chico”, aunque a veces obstinado y terco, y que tuvo que “pegarle en muchas ocasiones y de lo lindo”. Para esos casos su madre tenia siempre en mano una vara de abedul, a la cual, según recordaría Edison años después, “había arrancado la corteza”.

Viajes y Primeros Inventos


Viajes y primeros Inventos
Los Años de vida nómada llevaron a Edison al recorrer muchos miles de kilómetros por todo el centro, Sur y Este de Norteamérica. Eran Tiempos duros y tuvo que cambiar de puesto de trabajo una y otra vez. El Punto de partida de su periplo fue la nueva oficina telegráfica de la joyería y librería de Thomas Walker en Port Huron, donde apenas ganaba 20 dólares al mes. Cuando no tenía nada que hacer se dedicaba a leer números atrasados del Scientific American y a construir circuitos eléctricos. Su talento para
Sortear problemas técnicos se puso de manifiesto en el invierno de 1864, cuando quedó destruido por el hilo telegráfico entre Port Huron y el Territorio canadiense. Edison hizo que un maquinista transmitiera con el silbido de la locomotora los mensajes cifrados en Morse. Esta ocurrencia le valió cierta fama local y su siguiente empleo como telegrafista de ferrocarril en Stratford Junction, un pueblo situado a unos 50 kilómetros de Port Huron, y ya en suelo canadiense.
Durante el turno de noche, como también dormía poco de día, acostumbraba a echar unas “cabezaditas”, una costumbre que ya no abandonaría en toda su vida. Cada cierto tiempo tenía obligación de enviar una señal de control a la oficina del jefe de servicios, lo que hacía, aunque durmiera, mediante un ingenioso sistema con relojería. El truco no tardó en ser descubierto y fue amonestado severamente.
Pronto Estaría de nuevo en dificultades: 2 trenes estuvieron a punto de chocar por culpa de su presunta negligencia durante el turno de noche. Para escapar de la amenaza de Cárcel huyó, con 17 años a Estados Unidos.
En 1864 cambió 4 veces el puesto de trabajo y residencia: Adrian (Michigan), Fort Wayne, Indianápolis y Cincinnati, y casi siempre fue despedido por falta de disciplina en el trabajo y negligencia. En su mesa se amontonaban durante horas mensajes que debía reenviar en el acto, mientras el se dedicaba a leer o a esbozar ideas sobre el papel. A menudo interrumpía la recepción de mensajes para garabatear en su libreta nuevas ocurrencias. Su Superiores también se quejaban de su manía de trastear a todas horas con piezas metálicas, cabales, tenazas y otros utensilios que guardaba en sus bolsillos. Como vivienda, alquilaba cuartos trasteros que convertía en una mezcla de laboratorio, taller y biblioteca.
Su dinero, aparte de en frugales comidas y préstamos o regalos a sus camaradas de viaje los gastaba exclusivamente en productos químicos, herramientas y material para experimento. A menudo ocurría que apenas una hora después de haber cobrado el sueldo tenía ya que pedir un préstamo. Su pasión por construir, idear, descubrir, se abría camino decididamente.
Con 17 años y medio, Edison invento un “repetidor” para su oficina telegráfica en Indianápolis: “Cogí dos viejos codificadores Morse y los coloque de tal manera que los puntos y rayas se iban en una banda de papel dispuesto entre los dos aparatos, a la misma velocidad con que se recibían. Con ayuda del segundo codificador reenviábamos las señas a la velocidad deseada. Los telegramas entraban a una velocidad de 50 palabras por minuto y nosotros reexpedíamos a 25 palabras por minuto. Estábamos orgullosos de nuestro invento. Nuestros telegramas estaban tan bien y tan limpiamente compuestos, que los exponíamos al público en la oficina cuando entraba el jefe se quedaba tan perplejo que no podía decir nada… No lo podía comprender, ni tampoco los demás telegrafistas, porque cuando terminábamos
nuestros trabajos desconectábamos mi repetidor improvisado y lo escondíamos.” El inconveniente era que el ingenio sobre cargaba con facilidad cuando el trafico de telegramas alcanzaba intensidades mágicas por lo cual finalmente fue prohibido.

Actividades en la vejez


En 1922 Edison efectuo una visita a la General Electric Company, sita en Schenectady, la empresa sucesora de su Edison Machine Works, que ahora tenia diez y ocho mil empleados. Conocidos científicos, como Ch. P. Steinmetz, W. R. Whitney, W. D. Cooligde e Irwing Langmuir, le presentaron una serie de innovaciones, entre las que se contaban los filamentos de incandescencia de wolframio y tubos de vacio.
Edison no tenia muy buena opinión del trabajo en equipo que allí se realizaba; le disgustaba el “exceso de organización”, las constantes reuniones. Efectivamente, entre los años 1900 y 1940 los éxitos de los laboratorios norteamericanos mas importantes no eran muchos; los grandes éxitos los conseguían los grupos de investigaciones reducidos que estaban bajo la dirección de personalidades destacadas.
A pesar de tener ya cerca de 80 años, Edison seguía trabajando en el fonógrafo, en maquinas para oficinas y en baterías. A partir de 1923, con el surgimiento de la radio y de los fonógrafos electrónicos (de válvulas), los negocios de Edison se resintieron cada vez mas; la competencia de este sector había llegado a tomar tal delantera, que sus hijos Charles y Theodore se alarmaron. Pero Edison les negaba el permiso, a pesar de sus urgentes requerimientos, para fabricar aparatos de radio y tocadiscos de válvulas, hasta que ya fue demasiado tarde. Edison despreciaba la radio alegando que la gente prefería escuchar música de su propia elección. “la actual radio… sera un fracaso…”, escribia en 1925. Se negaba a admitir que, ya en 1913, los fonógrafos de la competencia eran mejores que los suyos. La organización de ventas de fonógrafos, construida en 40 años con 13mil comerciantes , estaba al borde de la bancarrota. Los hijos de Edison sabían que la salvación estaba en un nuevo fonógrafo electrónico fabricado bajo la marca comercial de su padre. En consecuencia, a partir de el otoño de 1925 comenzaron a experimentar por cuenta propia en secreto. Cuando Edison se entero, trato de hacerle competencia a sus propios hijos. Despidió al dotado ingeniero sueco Bertil Hauffman porque, según su punto de vista, seguía unos métodos de experimentación demasiado modernos; tercamente, el canoso anciano insistia en que se siguiera los métodos empíricos que tanto resultado le habían dado a él. No se daban cuenta, o no quería admitir, que se según el nivel de avance de la técnica se llegaba mas lejos con métodos científicos. Su hijo Theodore seguía empleando en secreto el científico sueco. A fines de 1928 salió, por fin, al mercado un fonógrafo de válvulas que reproducía música con un sonido alto y claro, ruidos de fondo. El mismo año se empezaron a producir, después de que Charles consiguiera con mucho trabajo la aprobación de su padre, los primeros aparatos de radio bajo licencia de los propietarios de la patente General Electric, Westinghouse, Bell Telephone y Radio Corporation of America. Demasiado tarde: en 1930 la Edison Company tubo que suspender la producción de fonógrafos, después de 40 años de actividad; en 1931 se abandonó la fabricación de radio, después de sufrir perdidas de valor de mas de 2 millones de dólares.
Pocos años antes en otoño de 1926, a sus 79 años, Edison ya había anunciado su intención de retirarse. Solo quería seguir con sus experimentos en su laboratorio. El 1 de Agosto de 1931 a Edison le fallaron súbitamente las fuerzas. No podía comer nada. Para paliar el calor veraniego se instaló en su habitación un sistema de acondicionador de aire. A partir de este momento, cuando comprendió que ya no podía volver a trabajar, perdió las ganas de vivir. Además se enteró de que Meadowcroft y John Ott también se encontraban gravemente enfermos. Henry Ford, preocupado, acudió desde Detroit junto a Edison, que, a pesar de su propia confianza en los médicos, estaba siendo tratado por prestigiosos especialistas. Era un paciente difícil y quería saber con exactitud que medicinas le administraban y porque, además de verificar el mismo las dos. A la pregunta de un sacerdote de si creía en “una vida futura”, respondió socarronamente: “Eso da igual. Eso no lo sabe nadie.”
A principios de octubre se sabia que ya no viviría mucho tiempo. A menudo estaba inconciente. Cuando su mujer le pregunto si sufria, contesto: “No, Solo espero…”.
En el Vestíbulo de Glenmont se reunian muchos de sus colaboradores. Los Reporteros montaban guardia dia y noche. El domingo 18 de octubre de 1931, a las 3 de la madrugada y 34 minutos, los médicos anunciaron el fatal desenlace. Telegrafos , teléfonos y radios –con los que Edison estaba tan familiarizado- transmitieron al mundo entero la noticia. La capilla ardiente, instalada en la biblioteca del laboratorio de West Orange, fue visitada por un sinnúmero de personas. El Día del entierro, el 21 de Octubre, por iniciativa del presidente de Estados Unidos, Muchos norteamericanos apagaron las luces durante un par de minutos en señal de duelo. La primitiva idea de desconectar todo suministro de energía eléctrica en todo el continente durante 1 minuto no pudo llevarse a la practica por la dificultad técnica que entrañaba y las incalculables conseciencias que hubiera acarreado. Después de la ceremonia fúnebre, a la que asistieron el presidente Hoover y otras muchas personalidades, los restos de Edison fueron inhumados en el cementerio de Rosedale. Muchos Años mas tarde Edison sería exhumado para ser enterrado con Mina en Glenmont.
Mina, dedicada después del a muerte de su marido a levantarle monumentos, se casó en 1935, a los 69 años, con su amigo de la infancia Everett Hughes. Los hijos y parientes de Edison no pudieron ponerse de acuerdo sobre la herencia. Theodore era el único al que no le importaba mucho el dinero. Charles cerró los laboratorios y vendió en 1957 la Thomas A. Edison Industries a la McGraw Electric Company, Pasando la nueva sociedad a llamarse McGraw-Edison. Murió en 1969. Actualmente ya no existen ninguna de las fabricas de West Orange.